He escrito cartas amarillas durante mucho tiempo, estoy cansada de hacerlo, creo que estas serán
mis últimas. Ya ni recuerdo la primera vez, pero sí sé por qué son amarillas. Mi abuelo me contó hace años que el amarillo en el amor, significaba desprecio… y así es como siempre me sentí, en el desprecio mismo. No he tenido una mala vida, pero simplemente no soy feliz, no vivo bajo las sombras, tampoco tengo grandes problemas. No sé si alguna vez has sentido ese vacío hondo y profundo que te deja mirando el infinito mucho tiempo. Así me siento, no sé desde cuando… de hecho creo que desde siempre. Y escribo por eso, porque es lo único que me aleja un momento de esa desazón, de la letanía de la vida. Quizá nunca cambie o quizá si… suelo ver cómo la gente pasa a mi alrededor… y a veces, me siento en las plazas de la cuidad a ver a las familias felices y casi logro experimentar sus sensaciones, pero no alcanzo, porque no son mías… tampoco sueño conuna familia…ya dejé de soñar, hace mucho… pero… ¿vez? Escribir es lo único que sé hacer bien. ¿Te has
encontrado alguna vez caminando por en medio de las personas sabiendo que nadie te conoce y pensando que en algún punto remoto podrías encontrarte con dos ojos que se toparán con los tuyos? Muchas veces lo intenté pero nunca nadie cruzó los suyos con los míos. La gente pasa, los tiempos pasan, otros iguales a mí, pero sin querer nada del otro. Así estamos, ese es nuestro mundo, audífonos autistas, hombres y mujeres solos…esa es…quizá esa palabra lo refleja bien…solos…estamos solos.
mis últimas. Ya ni recuerdo la primera vez, pero sí sé por qué son amarillas. Mi abuelo me contó hace años que el amarillo en el amor, significaba desprecio… y así es como siempre me sentí, en el desprecio mismo. No he tenido una mala vida, pero simplemente no soy feliz, no vivo bajo las sombras, tampoco tengo grandes problemas. No sé si alguna vez has sentido ese vacío hondo y profundo que te deja mirando el infinito mucho tiempo. Así me siento, no sé desde cuando… de hecho creo que desde siempre. Y escribo por eso, porque es lo único que me aleja un momento de esa desazón, de la letanía de la vida. Quizá nunca cambie o quizá si… suelo ver cómo la gente pasa a mi alrededor… y a veces, me siento en las plazas de la cuidad a ver a las familias felices y casi logro experimentar sus sensaciones, pero no alcanzo, porque no son mías… tampoco sueño conuna familia…ya dejé de soñar, hace mucho… pero… ¿vez? Escribir es lo único que sé hacer bien. ¿Te has
encontrado alguna vez caminando por en medio de las personas sabiendo que nadie te conoce y pensando que en algún punto remoto podrías encontrarte con dos ojos que se toparán con los tuyos? Muchas veces lo intenté pero nunca nadie cruzó los suyos con los míos. La gente pasa, los tiempos pasan, otros iguales a mí, pero sin querer nada del otro. Así estamos, ese es nuestro mundo, audífonos autistas, hombres y mujeres solos…esa es…quizá esa palabra lo refleja bien…solos…estamos solos.
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